viernes, 14 de junio de 2013

Autosemblanza noviembre 2010



Para mi abuela soy “Valerita”, aunque ya sus 95 años no le permitan acordarse de quien es su nieta mimada. Para mis amigos “la Vale”, ¿que vale?  Esa que vale tanto en las buenas como en las malas.
Nací en Concepción, ciudad en la que actualmente estoy estudiando, pero a mi Colón amado, en el que  crecí, no lo cambio por ningún otro lugar del mundo. Porque no creo que halla en el planeta otro sitio como este, en el que a penas con hacer unos cuantos pasos, tengo todo lo que necesito para reconfortar mi alma: amigos, familiares, paisajes hermosos que disfruto acompañada o sola, y recuerdos buenos y/o malos.
La persona que soy hoy en día, y que estoy tratando de formar, se la debo, en gran mayoría a mis padres, que en mi niñez siempre trataron y siguen tratando de darme lo mejor, tanto cosas materiales, como espirituales y sentimentales.
Con respecto a mis creencias, pertenezco a la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, y por más que me repitan el dicho “tragan Santo y defecan diablo”, no me avergüenzo por creer en lo creo, ni por “perder” (para algunos) tiempo en la parroquia, por que eso es una de las tantas cosas que siento que me hacen bien. 
También soy de las personas que prefieren perder tiempo con amigos, que amigos con el tiempo. A pesar de que, hay veces que por diferentes motivos,  me olvido de eso, pero en esos momentos son en los que me doy cuenta de que tengo amigos de oro que me perdonan todo y saben entenderme.
Una de las palabras que mas me define es ”locura”, mi padre siempre dice que de loco y poeta todos tememos un poco, y en mi lo que mas reina es la locura, esa locura que se define como: “hacer lo que tu corazón te dicta, cuando te lo dicta”. Tal vez sea por que me di cuenta de que, mas de una vez, me quede con ganas de hacer montón de cosas, de las cuales, hasta el día de hoy me arrepiento de no haberlas hecho, por miedo a que piensen que estaba loca.

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